
15 Nov Un vestido de novia con historia
Hoy quiero compartir con vosotras una historia real. Un bonito secreto que me ha confesado Carmen Sánchez Romero, diseñadora de la firma de accesorios y complementos que lleva su nombre. Una historia que le toca muy de cerca, ciertamente, pero aún así, está encantada de hoy os la cuente.
He de decir que, a pesar de que sigo el trabajo de Carmen en redes sociales, he dado con éste tema de casualidad. Qué buena casualidad ¿verdad? Realmente lo que llamó mi atención fue una imagen. Una foto perteneciente a una editorial donde una novia posaba en completa soledad en medio de la nada. Eso ya llamó mucho mi atención, ya que la mayoría de las editoriales nupciales buscan localizaciones idílicas con abundantes zonas verdes y ajardinadas. Esta no. Aunque no fue solo eso. El color fue lo segundo. Rosas, corales, burdeos, fucsias, frambuesas… posiblemente, toda la gama cromática estaba concentrada de alguna manera entre pelo, vestido y ramo. Di like a la foto, por supuesto. Después, Carmen me presentó la editorial «Lunar» y me la explicó:
«La clave de este proyecto fue la localización. Nuestro fotógrafo de confianza, José María Casco, tenía muchas ganas de realizar una editorial donde no hubiera nada ni nadie y así fue. Queríamos una novia diferente, que saliera de lo habitual, de las normas y de lo corriente. Para ello no pude elegir mejor, ya que busqué en el armario de mi madre, y encontré este maravilloso vestido. Un vestido con una historia de amor detrás. Un vestido de vida real, de pensamientos antiguos… De años, donde casarse embarazada no estaba bien visto y, según mi abuela, no podía ir de blanco al altar. Esto fue lo que le ocurrió a mi madre, Carmen Romero, en el año 1984, año en el cual meses después nacería yo.
Miro el vestido una y otra vez y aunque mi madre lo recuerde con pena porque no fue de blanco, a mi y a el resto de personas que lo han visto, nos parece precioso, diferente, incluso llegué a pensar que si me volviera a casar sería el vestido ideal para mí (con algunos retoques claro)».
El resultado fue éste y la historia que hay detrás te la acabo de contar. Creo que era para publicar si o si. Como dicen: hay historias que merecen ser contadas…
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